Cuando las temperaturas superan el confort térmico de las gallinas, su rendimiento cae en tres áreas clave:

– Producción de Huevos: El estrés por calor altera las hormonas, reduciendo la cantidad y calidad de los huevos—cáscaras más delgadas y yemas más débiles afectan la fertilidad y la incubabilidad. 

– Eficiencia Reproductiva: Los gallos producen menos esperma viable, y los embriones de gallinas estresadas por calor tienen mayor mortalidad y menor peso al nacer. 

– Salud a Largo Plazo: El calor prolongado acelera el envejecimiento reproductivo y debilita el sistema inmune, aumentando el riesgo de infecciones como Salmonella.